sábado, 28 de mayo de 2011

Los anarquistas y el 15M

[Creemos conveniente colgar esta reflexión que compartimos y que puede dar pie a repensar la forma de relacionarnos, de pensar, de analizar y de actuar de los anarquistas en las luchas de hoy]
http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/17755

Los anarquistas y el 15M: reflexiones y propuestas

Este texto está escrito en Madrid, por lo que muchas de las descripciones y reflexiones pueden no ajustarse a la realidad de otras localidades, especialmente dada la heterogeneidad del movimiento 15M. Aun así, pensamos que puede resultar útil como punto de partida para la reflexión a todos los compañerxs que se están implicando en las asambleas, independientemente del sitio. El texto ha sido redactado y corregido precipitadamente para que estuviese disponible antes de la convocatoria de asambleas de barrios y pueblos del 28 de mayo. Tenedlo en cuenta a la hora de leerlo y disculpad las meteduras de pata que pueda tener.

Algunxs anarquistas madrileñxs


0. Unas palabras para empezar…

Dejemos las cosas claras. Lxs que firmamos este texto somos anarquistas, comunistas antiautoritarios, anticapitalistas o la etiqueta que más os guste. Es decir, estamos por la abolición del trabajo asalariado y el capital, la destrucción del estado y su sustitución por nuevas formas horizontales y fraternales de vivir en común. Creemos que los medios para conseguirlo deben ser lo más coherentes posible con los fines que buscan y, por tanto, estamos contra la participación en instituciones, contra los partidos políticos (parlamentarios o no) y las organizaciones jerárquicas, y apostamos por una política basada en el asamblearismo, la solidaridad, el apoyo mutuo, la acción directa, etc. Porque estamos convencidos que estos medios son los más eficaces para llevarnos a la revolución. Si decimos esto es para eliminar cualquier suspicacia y marcar las líneas sobre las que queremos que se mueva esta contribución. Ahora bien, el que estemos por una revolución social que destruya el capitalismo, el estado y que suponga la abolición de las clases sociales (y de tantas otras cosas), no significa que pensemos que esto puede ocurrir a corto plazo, de la noche a la mañana. Lo que hemos planteado aquí son fines, es decir, situaciones a las que, con suerte, llegaremos tras un largo recorrido y un desarrollo considerable del movimiento revolucionario. Pensar lo contrario no es que sea utópico, es un ejercicio de delirio y ensoñación inmediatista. Un planteamiento revolucionario debe plasmarse en una estrategia a corto plazo, en una serie de propuestas para intervenir en la realidad que nos acerquen a situaciones en las que estén en juego cuestiones como la abolición del trabajo asalariado, la instauración del comunismo libertario, la revolución social... cuestiones que hoy en día, obviamente, no están, ni de lejos, sobre la mesa. Esta intervención no puede limitarse a repetir machaconamente la rabiosa necesidad de revolución y de abolir el estado y el capital. Ser anarquista no significa ser un chapas que persigue a los demás repitiendo una y otra vez lo malo que es el estado y lo buena que es la anarquía. Y sin embargo, a raíz del movimiento 15-M, en los últimos días hemos leído por internet textos y comentarios cercanos al delirio inmediatista y, lo que es peor, hemos oído de compañerxs y amigxs posiciones que resbalan hacia el abismo del anarco-chapismo, que, con toda su buena intención, se atrapan en el maximalismo de las consignas grandiosas, de las propuestas a largo plazo, etc. Sabemos bien de lo que hablamos, todxs nosotrxs hemos estado en dichas situaciones y, lo que es peor, hemos contribuido en muchas ocasiones a su extensión. Dejemos claro también que este texto tiene tanto de crítica como de autocrítica, y que nos sirve, ante todo, para tratar de no caer nosotrxs mismxs también en dichas trampas. Para ir acabando, hay que tener en cuenta que este texto ha sido escrito deprisa y corriendo, al ritmo que marcan los acontecimientos, con el objetivo de que saliese antes del día 28, cuando se han convocado las Asambleas Populares en diferentes barrios y pueblos de Madrid, así que no os extrañe que en algunos puntos se note la precipitación y la urgencia. No damos para más.

En resumen, este texto pretende ser una reflexión y una propuesta para romper con el impasse en el que hemos estado anclados mucho tiempo, para deshacernos de lastres que muchxs arrastramos y nos inmovilizan. Es, en el fondo, una reflexión para intentar aclararnos en qué manera podemos aportar y participar en lo que ocurre a nuestro alrededor.

1. El Movimiento 15-M: coordenadas básicas

Y lo que ocurre a nuestro alrededor es, obviamente, el llamado movimiento 15-M, que en la última semana ha irrumpido como un elefante en la cacharrería en la política nacional. Nos guste o no, y lo queramos o no, el movimiento 15-M ha roto todas las expectativas y ha sorprendido a todo el mundo: policía, políticos, periodistas, convocantes, gente corriente, ciudadanistas, izquierdistas y, por supuesto, a los anarquistas. En primera instancia todo el mundo se quedó en fuera de juego y, a partir de ahí, todo ha sido una serie de intentos más o menos afortunados de tomar posiciones frente a o dentro del 15-M. No vamos a entrar a analizar sus causas o a repasar las diferentes teorías conspiranoicas o intoxicaciones que han surgido a su estela; no es importante para lo que queremos decir. Vamos a tratar de aportar lo que entendemos que son las coordenadas básicas en las que se mueve eso que llamamos movimiento 15-M o, al menos, las más importantes para ver si es posible (y en ese caso cómo) una participación anarquista o anticapitalista en él. Como es lógico, será una descripción fragmentaria, parcial e incompleta. Nos da igual, las cosas van demasiado rápido.

Lo primero que hay que decir es que el movimiento 15-M es un movimiento social real y, como tal, es tremendamente heterogéneo y contradictorio. Hay de todo y todo está en diferentes dosis. Es decir, todo lo que digamos aquí no debe tomarse como características definitorias absolutas, sino más bien como tendencias, matices, etc. Expresiones de un movimiento en construcción en cuyo seno hay luchas, tensiones y un continuo cambio.

Dicho esto, por su composición social y por las consignas que más se oyen en las asambleas y grupos de trabajo, así como por las opiniones de la gente que está continuamente publicitándolo en internet (twitter) podría decirse que, principalmente, es un movimiento ciudadanista y abiertamente demócrata. O mejor dicho, son este tipo de planteamientos de reforma política y social (reforma electoral, democracia real, mayor participación, crítica de los partidos políticos mayoritarios pero no del sistema representativo o los partidos en general…) los que, en general, aglutinan a más gente y manos alzadas a su alrededor.

Sin embargo, este contenido se expresa bajo formas asamblearias, que rechazan toda representación clásica (como por ejemplo, convertirse en otro partido político) y que reniegan de toda ideología, símbolo o forma política precocinada (desde partidos a banderas republicanas, pasando por las A circuladas). Hay una consigna que rula por twitter “Esto no va de izquierdas o derechas, sino de arriba y abajo”. Que, por el momento, apuesta mayoritariamente por la auto-organización, por la acción directa (no violenta) y la desobediencia civil, aunque no utilice estas palabras mágicas. La no-violencia es, de hecho, otra de las coordenadas fundamentales del 15-M, algo que, sin duda, es asumido colectivamente sin discusión. Entraremos en esto más adelante.

Todo esto no quita para que en su seno se pueda ver claramente una “lucha de poder” entre diferentes “facciones”, organizadas o no. Miembros y militantes de partidos políticos de izquierdas, miembros de los movimientos sociales, libertarios, gente normal y corriente “indignada” que va con su propia visión del mundo, etc. todos pugnan en su interior a todos los niveles, desde la orientación ideológica o práctica del movimiento, al control (y en muchos casos, manipulación) de las asambleas, comisiones, etc. En muchas comisiones y grupos se está viendo de todo: pérdidas casuales de actas, personalismos, gente que se aferra a las portavocías, delegados que se callan cosas en las asambleas generales, comisiones que se saltan acuerdos, grupitos que quieren mantener el chiringuito, etc. Muchas, seguro, fruto de la inexperiencia y los egos; otras, parecen directamente sacadas de los viejos manuales de manipulación de asambleas.

Alrededor de esta lucha, está también toda la gente que se acerca por allí. Gente que se acerca a participar, a escuchar, a ser escuchado, a aportar comida u otros materiales, a ver qué pasa, o simplemente a echarse unas fotos en plan turista en su propia ciudad. Bajo las carpas de Sol uno tiene la sensación de estar en un gran bazar en el que no se vende ni se compra nada.

Por otro lado, uno de los grandes problemas de las acampadas es la dificultad de participar en ella plenamente: no todo el mundo puede ir al centro todos los días, ni todo el mundo puede quedarse a dormir, ni todo el mundo puede participar habitualmente en las comisiones, etc. Esto sin duda puede favorecer la creación de liderazgos informales, camarillas, cosas raras y sesgos extraños que la gente, que gilipollas no es, lo va a notar, lo va a comentar y a actuar en consecuencia. De hecho, una posible consecuencia de quién está llevando el mayor peso del campamento (y también de quién está más habituado a ir y proponer actividades) es la progresiva guetización que ha sufrido la acampada el fin de semana. Comparada con el ambiente de encuentro y de protesta de los días más intensos (especialmente el viernes, dada la expectación por la prohibición de la Junta Electoral Central) el fin de semana la cosa perdió fuelle y comenzó a notarse un ambiente más lúdico y menos de protesta, a pesar de que las comisiones, subcomisiones y grupos de trabajo siguieron funcionando. A ratos, #acampadasol parece estar reproduciendo lo peor y más banal de las okupas del gueto: talleres, conciertos, batucadas, comedores, actuaciones, clowns, etc. a costa de sus aspectos iniciales, mucho más marcadamente de protesta, política e “indignación” (por pro-demócrata y limitada que fuese). En twitter, que no olvidemos que tiene gran culpa del ascenso del movimiento 15-M y del campamento de Sol, se está filtrando ese descontento en mucha gente, que no ve con buenos ojos esta deriva. Un ejemplo claro de ese descontento que tuvo lugar el fin de semana fue el tema botellón sí-botellón no, el sábado una de las asambleas tuvo que irse de Sol por la cantidad de gente que estaba a su pedo, y el tema de las batucadas, que el domingo obligaron incluso a aplazar a alguna asamblea que no oía con tanto ruido (aunque hay que decir, que las batucadas tuvieron bastante seguimiento, igual que el botellón).

Es obvio que el movimiento 15-M no es una revolución, eso es de primero de militancia, y quien lo critique en base al hashtag #spanishrevolution con el que se extendió inicialmente debería darse cuenta de que era una mezcla de marketing, gracieta e ilusión. Sin más.

El último apunte que queríamos hacer es lo que, para nosotrxs, quizás sea lo más importante que hemos visto junto con su marcado carácter asambleario y horizontal (con todos sus defectos, que son muchos): el cambio brutal de actitud que hemos podido observar en los alrededores de Sol durante toda esta semana. Recapitulemos. Tras la multitudinaria manifestación inicial del 15 de mayo y, especialmente, tras el desalojo de los primeros acampados, la gente ha tomado masivamente noche tras noche la Puerta del Sol de una manera que ninguno de nosotrxs habíamos visto nunca. Las movilizaciones contra la guerra, aunque alguna fuera más masiva, no tuvieron, ni de lejos, la continuidad, participación, actitud y ambiente que hemos visto esta semana en Sol. Es como si, de repente, la pasividad y el ir cada uno a lo suyo se hubiesen roto alrededor del Km. 0. Repartir panfletos en Sol y sus calles aledañas es una gozada, la gente te entra para pedirte que le des uno, los coge con una sonrisa, te pregunta, te da las gracias… Los primeros días, si hacías un corrillo para hablar de algo, la gente arrimaba la oreja para intervenir, para escuchar. Ha sido normal ver a la gente de lo más variopinta discutiendo en pequeños grupetes. Los grupos de trabajo y las asambleas generales son acontecimientos masivos de entre 500, 600 y 2000 personas (sentadas, de pie, arrejuntándose para oír algo), etc. Y aparte de esto, esa sensación permanente de buen ambiente, de “esto es algo especial”. Todo esto alcanzó su punto álgido la noche del viernes al sábado, cuando empezó la jornada de reflexión. Escuchar a más de 20.000 personas gritar “Somos ilegales” y disfrutar como niños de saltarse la ley, la verdad, impresiona. Bien es cierto que ese ambiente intenso, de participación y de política real empezó a decaer a partir de esa noche. En parte por el subidón del viernes noche, en parte por la decisión de “no hacer política” durante el sábado y el domingo, el fin de semana ha tenido un tono mucho más festivo, más “circense” que los días anteriores. Aun así, nosotrxs no recordamos nada parecido, la verdad.

2. Lo que no está en juego. Una visión estratégica.

Dicho esto, ¿qué pintamos los anarquistas por allí? Para cualquier libertario con dos dedos de frente, afortunadamente la gran mayoría, es evidente que es necesario estar allí, que ahí hay tema. Lo que ninguno tenemos tan claro es qué podemos hacer, qué podemos aportar y qué podemos esperar del movimiento 15-M. Y es lógico, dada la heterogeneidad y contradicciones que abarca. En esta sección vamos a intentar expresar cómo y en qué sentido vemos nosotrxs que puede ser interesante participar y aportar en dicho movimiento. Decimos visión estratégica porque es una visión general, que intentaremos acotar más adelante con propuestas concretas y algunas consideraciones tácticas.

La mayor parte del proceso que se desarrolla actualmente en el movimiento del 15-M consiste en tratar de encontrar las consignas y reivindicaciones políticas que van a definirlo. Ese proceso se está dando tanto en los grupos de trabajo como en las propias comisiones. En los primeros está más el debate y la pelea ideológica, en algunas de las segundas, en las que se concretan dichos debates, es donde se están viendo las artimañas, tejemanejes, etc. No hay que ser muy listo para saber dónde está el lio: comisiones como comunicación, interna, asamblea y política son donde uno se va a encontrar mayor número de políticos por metro cuadrado. Mientras que en comisiones como infraestructura, alimentación o respeto, las cuchilladas serán mucho menores. Ojo, que no estamos diciendo que en las comisiones sólo se esté haciendo esto, pero algunas cosas que hemos visto o nos han contado tienen tela.

Como hemos dicho anteriormente, las reivindicaciones con mayor eco en #acampadasol son las de reforma política y, en menor medida, social, de gran contenido ciudadanista: reforma de la ley electoral, una ley de responsabilidad política, mayor participación, ley de dación en pago de las hipotecas, etc. Los miembros y militantes de partidos de izquierda (IU, IA, etc.) y movimiento sociales están tratando de virar el barco más hacia la izquierda, para que asuma reivindicaciones clásicas de la izquierda (desde la renta básica o la condonación de la deuda externa, a la nacionalización de la banca) aunque en frente tienen a los que prefieren que el movimiento sea lo más neutral posible (por ejemplo, http://twitpic.com/51lyqa) y se centre en un #consensodeminimos básico[1]. En nuestra opinión, creemos que lo más probable es que el objetivo final de unos y otros sea que, o bien mediante algún tipo de Iniciativa Legislativa Popular[2] o bien de la mano de algún partido político, seguramente IU, se presente una propuesta al Congreso y se pida su aprobación mediante un referéndum. En este sentido, unos y otros se juegan los contenidos de dicha propuesta y seguramente cómo se va a hacer, pero en un momento dado pueden confluir en ciertos puntos básicos.

Obviamente, los anarquistas estamos convencidos de que si se lograran algunas de estas reformas, aun cambiando algunos de los “defectos” del sistema que más sulfuran a la gente, no van a modificar para nada lo esencial. El problema no es la corrupción política, sino la política como esfera separada de la vida, el problema no es la falta de transparencia de los gobiernos, son los propios gobiernos, y el problema no es la banca y los banqueros, sino la explotación capitalista: la grande, y la pequeña.

Dicho esto, creemos que los anarquistas ni estamos ni deberíamos estar en esa pelea, la de las reivindicaciones grandilocuentes y la política de altos vuelos. No deberíamos entrar en ese juego, aunque si queremos estar en las asambleas debemos asumir que tendremos que tragar y enfrentarnos a ello. A nosotrxs no se nos ha perdido nada en ese tablero. El movimiento del 15-M no es un movimiento anarquista o anticapitalista, así que las reivindicaciones anarquistas maximalistas están fuera de lugar. No tiene sentido luchar por que las asambleas generales asuman cosas como la autogestión generalizada, la abolición de las cárceles o incluso simplemente la huelga general indefinida, porque es evidente que la gente que está ahí y la gente que lo sigue con expectación y simpatía no está por eso. Suponiendo (y es mucho suponer) que por alguna extraña razón, o tejemaneje, se consiguiese que la asamblea general o las asambleas de los barrios aceptasen y asumiesen como propia alguna de estas consignas, lo más seguro es que el movimiento 15-M se desinflaría rápidamente, perdiese buena parte de sus apoyos y simpatías, y se quedase en un extraño cóctel frentepopulista de militantes izquierdistas, ciudadanistas, comunistas y anarquistas. Es decir, justo lo que siempre hemos criticado y donde nunca hemos querido estar. En política existe un término que se llama “votar con los pies”, significa que cuando no te gusta la gestión de un lugar, simplemente te vas a otro lado. Algo parecido pasa en todas las asambleas, hay mucha gente que cuando algo no le gusta o no se siente cómodo, se calla, agacha la cabeza y deja de pasarse, sin reflejar su descontento.

¿Por qué ocurre todo esto? Pues porque los movimientos reales suelen ser bastante complejos. Tienen su composición, su idiosincrasia y sus desarrollos, y, sobre todo, porque no se puede pretender que la gente se haga anarquista de la noche a la mañana. Ninguno de nosotrxs hemos llegado a serlo rápida e indoloramente, sino a base de equívocos, ilusiones, incoherencias, desengaños, debates, frustraciones, flipaduras y de darnos muchas veces de bruces contra el suelo (a veces en un sentido literal, con un policía encima). Da igual que en estas ocasiones, las personas y las cosas cambien vertiginosamente. Lo sentimos, pero creemos que, simplemente, no funcionará.

Tenemos que ser conscientes de la representatividad de las comisiones frente a las personas que integran la movilización. Esto se vio claramente en la comisión de Política, que en el momento de mayor auge pudo aglutinar unas 350 personas entre las dos subcomisiones (corto y largo plazo), está claro que las asambleas son abiertas y todos y todas podrían participar en ellas pero lo cierto es que al final se han convertido en dos subcomisiones que aparentemente se han separado por fases temporales, pero que realmente marcan dos postulados muy diferentes, el “reformista” y el “revolucionario”, entre los que están exigiendo y legitimando a las estructuras de poder con pequeñas (o grandes) reformas legislativas, y los que quieren marcar una hoja de ruta de ruptura con el modelo impuesto por el capitalismo.

Esto es un grave error ya que medidas “revolucionarias” o radicales, puede haberlas a corto plazo y a largo, sólo hay que tener claro de contexto actual y los pasos que queremos dar. Por citar un ejemplo, en la Comisión a Corto Plazo se plantean cambios en la Constitución española, y en la Comisión de Largo Plazo consensos como huelga general. No creemos que un cambio en la Constitución (necesita la aprobación de ¾ partes del Congreso de los Diputados) sea mucho más factible a corto plazo que convocar una huelga general (que es más una herramienta de lucha que un fin en sí mismo), por mucho que esto sea, a día de hoy, bastante complicado.

Creemos necesaria una reflexión sobre nuestra implicación en las comisiones, intentar que sean eficientes y el desgaste y el derroche de energías esté bien canalizado. No sirve de nada que 200 personas con un ideario “similar” se junten y marquen un rumbo que no sea ni asumible por este movimiento (a día de hoy) ni dejar que las exigencias a corto plazo sean simplemente un alegato a fortalecer el estado del bienestar… En dicha reflexión deberíamos hacer una autocrítica y plantearnos de forma inmediata propuestas a corto y largo plazo asumibles y que caminen o que nos hagan avanzar pasitos hacia una revolución social de verdad, ya que si no terminaremos en la inanición propia de un grupo de personas que están por encima del momento. Deberíamos mostrar cierta inteligencia y sumarnos de forma real a la ilusión de cambio que se respira estos días por la puerta del Sol, a ver si entre todos conseguimos que ese cambio vaya un poco más allá de cuatro arreglos en la fachada de la democracia.

Entonces ¿qué otras opciones tenemos?

Seguro que muchos se habrán planteado, o incluso se habrán encontrado haciéndolo casi sin darse cuenta, lo que podríamos llamar rebajar el discurso, es decir, edulcorar nuestras propuestas a ver si con un poco de azúcar pasan mejor. Por ejemplo, jugando un interesado confusionismo semántico que habla de “democracia directa” en vez de “anarquía”, tragar con todo lo que tengamos que tragar para mantener la historia en el tiempo, etc., etc.

Otra opción es abandonar el chiringuito por reformista. Tal y como nosotrxs lo vemos esto es simplemente absurdo. Básicamente porque ni actualmente ni a lo largo de la historia, los movimientos revolucionarios brotan de la nada o surgen solos, sino que son los propios revolucionarios, y los acontecimientos, los que con su esfuerzo y tesón a veces consiguen que los movimientos sociales dejen de ser el coto de partidos, aprovechados, etc.

Aunque hablaremos de esto más adelante, dejemos claro que nuestra idea no es convertir el movimiento 15-M en un “movimiento revolucionario” de masas, algo igual de peliculero que pensar que la anarquía vendrá mañana si lo deseamos con suficiente fuerza. Tampoco estamos diciendo que tengamos que estar por estar hasta el final. Tenemos bastante claro que, si no hacemos las cosas bien, en algún momento habrá que irse o, también bastante probable, nos acabarán echando. Pero nos parece obvio que ese momento no ha llegado aún, que todavía hay oportunidades de aportar y participar en esta historia, sobre todo de cara a la convocatoria de asambleas populares en los barrios.

Sirva esto para dejar claro que no somos unos ilusos, a los que el 15-M les ha nublado la vista o que han cerrado sus chiringuitos “por revolución” (más marketing), sino simplemente somos anarquistas que hemos visto una oportunidad clara, la primera en muchos años, de participar en un movimiento real de tamaño considerable.

3. Por una participación anarquista práctica y concreta.

En nuestra opinión, lo que está en juego en el movimiento 15-M es conseguir que sea un punto de partida capaz de activar la lucha cotidiana por aspectos concretos y básicos, una lucha que se lleve a cabo desde la horizontalidad, el asamblearismo, la acción directa, la participación directa, la solidaridad, etc. que forman parte de las coordenadas básicas del movimiento 15-M. Que las asambleas no sólo sean sitios desde los que pedir (¿A quién? ¿Cómo?) leyes, reformas y referéndums (¿Cuáles?), sino que sean espacios en los que la gente debata sobre sus propios problemas, busque soluciones y decida cómo llevarlas a cabo por ellxs mismxs. Que se conviertan en puntos de encuentro, de comunicación y participación real. Pequeños (o grandes) núcleos solidarios de resistencia.

Está claro que una parte importante de este proceso es qué problemas y qué soluciones se van a tratar, qué contenido, por así decirlo, van a expresarse en dichas asambleas. Ese podría ser la otra tarea que podríamos marcarnos, intentar que los temas a tratar en las asambleas sean cuestiones de clase, de género, etc. que profundice, desde la práctica, en la crítica del Estado, el capital y el trabajo asalariado.

Dicho de otra forma, nosotrxs proponemos una participación práctica y concreta desde una perspectiva y unas formas de funcionar antiautoritarias, sobre cuestiones básicas de clase y otras opresiones igual de importantes como el patriarcado, el racismo, etc.

Para complementar esta contribución práctica también debemos aportar nuestro punto de vista y nuestro discurso, una vez más, sin caer en maximalismos del tipo “¡Revolución ya!” y cosas por el estilo.

Tal y como nosotrxs lo vemos, intentar que la gente haga suyo nuestro discurso no es, no debería ser, ir a machacar con las consignas y principios anarquistas de toda la vida. Consignas que, en nuestra opinión, estarán fuera de lugar. No porque no tengan sentido o no sean verdad, sino porque no están en la onda de lo que está pasando, están fuera de contexto. Esto es como si tú estás hablando con un colega de fútbol y viene otro a contarte nosequé historia de una película iraní, pues ni caso. ¿Significa esto que debemos abandonar el anarquismo y pasarnos a la democracia? Lógicamente no. ¿Debemos escondernos? No. ¿Debemos exhibir al mundo que somos anarquistas? Para nosotrxs, no tiene ningún sentido si eso no va más allá que “ser anarquista”. Llamarse a uno mismo anarquista no significa nada en sí mismo, no dice nada: ni bueno, ni malo. En nuestra opinión no se trata ni de escondernos ni de exhibirnos, sino de practicar el anarquismo en un contexto determinado. Un ejemplo: de todos los lemas que algunxs de nosotrxs y otrxs compañerxs cantamos uno de los primeros días en Sol sólo un par de consignas se extendió mínimamente más allá de nuestro circulo: “el pueblo unido funciona sin partidos” y “A, anti, anticapitalistas”, ¿Por qué? No porque los lemas fuesen gran cosa, que no lo son, ni porque fuesen ingeniosos, que tampoco, creemos que fue porque, en ese momento y en ese lugar, eran lemas que puede contactar al menos con parte de la gente que estaba allí. Nos guste o no, la gente ahí no estaba contra la policía nacional, ni quería tumbar al Estado… el trabajo es mucho más de fondo… Si nos limitamos a cantar o a proponer en las asambleas consignas descontextualizadas, lo que hacemos es caer en la propaganda pura y dura, en el peor sentido de la palabra, no en la participación.

Y es que en muchas ocasiones nos puede la inercia, seguramente como a todxs lxs demás. En vez de pensar qué podemos y queremos decir acabamos yendo a lo fácil: al “la lucha es el único camino”, al “de norte a sur, de este a oeste….”, “muerte al estado….”, etc. Un discurso, en nuestra opinión, fuera de lugar y, por tanto, ineficaz. En el Bloque Libertario de la mani del 15M pasó un poco lo mismo, tras una primera fase con lemas (mejores o peores, más o menos útiles, eso es lo de menos) pero sobre el tema en cuestión (democracia, capitalismo, crisis) se pasó a un remix del gueto (desde los presos a Patricia Heras pasando por el policía asesina), resbalamos hacia la autorreferencialidad, hacia el hacer piña… Por desgracia, por allí nadie sabía quién era Patricia Heras más que nosotrxs cuatro, ¿qué sentido tenía gritar sin un panfleto que lo explicase?, sólo desconcertamos a la gente, que nos mira como si viniésemos de otra película… Todo tiene un momento y un lugar, y si no sabemos adaptar nuestro discurso al momento y al lugar, nos irá mal. Adaptar el discurso no es rebajar el discurso, es adecuar el mensaje al contexto y adecuar el código al receptor, es dar nuestra opinión sobre lo que la gente está hablando, no sobre lo que nosotrxs creemos que debería estar hablando la gente…. Y dar esa opinión en su “idioma”, no en nuestro “dialecto”, lleno de tecnicismos y modismos, cómodos para hablar entre nosotros, pero que generan barreras y confusiones con quien no los maneja.

4. Algunos objetivos y posibles ejes de actuación

Esta propuesta de participar desde la práctica y desde lo concreto tiene varios objetivos. Obviamente, mejorar nuestras condiciones de supervivencia dentro del capitalismo. Seguro que algunx lo tachará de reformismo, para nosotrxs es simplemente necesidad. Otro objetivo es ser capaces de señalar y desmontar, durante el proceso, todas las contradicciones y miserias del capitalismo, la democracia, los sindicatos, etc. No mediante discursos elaborados y prefabricados, sino a través del debate y la reflexión sobre lo que nos vayamos encontrando, algo mucho más complejo y trabajoso que simplemente editar libros escritos en otro momento y en otro lugar. También busca crear y extender una cultura de lucha entre la población, un sentimiento colectivo de que las cosas se consiguen luchando junto a otros iguales, solucionando los problemas por los mismos afectados, desde la solidaridad y el apoyo mutuo, sin delegar en profesionales de la mediación o la representación. Un sentimiento de “hoy por ti, mañana por mí” que cale entre la población y que desplace al “cada uno a lo suyo” y el “menos mal que no me ha tocado a mí” que arrasa en nuestra sociedad.

Por último, si algo nos ha quedado claro en esta última semana es que, si bien lxs anarquistas tenemos mucho que aportar, tenemos también mucho, muchísimo que aprender, tanto de la gente que nos encontremos en el camino como de las situaciones a las que tengamos que enfrentarnos. Participar en las asambleas será la oportunidad perfecta de aclararnos nosotrxs mismos, nuestras posturas y la manera en las que se las comunicamos a nuestros iguales. Esto es lo normal. La mejor manera de darnos cuenta de nuestros fallos e incoherencias (que las tenemos y seguramente serán muchas) es tratar de explicar y compartir nuestra postura con quien la desconoce.

Creemos sinceramente que esta puede ser una buena manera de salir de la trampa de una intervención desde la ideología, que pretenda que se aprueben principios u objetivos a largo plazo específicamente anarquistas, algo que, como hemos repetido unas cuantas veces ya, no es algo que esté o pueda estar en el orden del día de aquí a mañana. Creemos también, que puede ser una manera de obviar y esquivar las luchas de poder que se darán en las asambleas por las cuestiones de alto nivel (leyes, etc.) sin tener que dejar por ello de participar en un movimiento que aún puede dar mucho juego. Meternos en una guerra de desgaste para que no salgan dichas propuestas o enfrentarnos abierta y continuamente a todos los izquierdistas, ciudadanistas y gente normal que sólo quiere un par de cambios no nos va a valer para nada. Tenemos que ser conscientes en todo momento de dónde estamos y hasta dónde puede llegar. Si no hacemos este ejercicio de análisis y de reflexión continuamente nos vamos a llevar un palo muy serio y una frustración considerable.

Por supuesto, al participar en el movimiento 15M siempre vamos a correr el riesgo de acabar haciéndole el curro y el trabajo sucio a la izquierda y al ciudadanismo. Nosotrxs creemos que a día de hoy, dada nuestro escaso poder de convocatoria y apoyos, este riesgo siempre va a estar ahí, en cualquier movilización real a la que nos sumemos (huelgas, conflictos antidesarrollistas, etc.). Es un riesgo que no se puede prever, y seguramente sea algo que, hasta cierto punto, no se pueda evitar, lo único que podemos hacer es permanecer atentxs, no dejar llevarnos por la emoción y tratar de valorar en qué momento nuestra participación se está limitando a la de ser mano de obra de otrxs, en ese momento será necesario abandonar el chiringuito.

Para acabar esta sección, vemos necesario concretar algunas líneas de actuación que se nos han ocurrido como ejemplo de lo que tenemos en mente. Ni son las únicas, ni son las mejores, de hecho son bastante vagas, sólo son algunos ejemplos que se nos han ocurrido o que hemos escuchado estos días en las asambleas. Entre todos deberíamos completarlas, clarificarlas, criticarlas, etc…

· Vivienda: Autoorganizarse para resistir frente a los desahucios y el mobbing inmobiliario. Proponer la okupación como alternativa temporal en los desahucios que no se frenen. Presionar a los caseros que pasan o se aprovechan de sus inquilinos. Presionar mediante la acción directa a las sucursales bancarias de las que dependen las hipotecas de familias en problemas para que las renegocien o simplemente para visibilizar el conflicto. Visibilizar el conflicto mediante banderas o similares en los balcones de las casas que estén siendo presionadas.

· Trabajo/Paro: Aprovechar el ejemplo asambleario de Sol para llevarlo a los curros, debatir y hablar en las asambleas sobre los conflictos laborales, sobre nuestros problemas como parados, proponer que las asambleas sean un punto de apoyo si tenemos algún problema en el curro. Visitar y denunciar los trabajos en los que se produzcan accidentes laborales…

· Migraciones: Tratar de implicar a los inmigrantes, que seguramente estén subrepresentados en un primer momento, informar a la gente de lo que pasa en los CIEs, informar y proponer mecanismos de actuación frente a las redadas contra inmigrantes, autoorganizarse para ofrecer información legal, mediante asesorías, talleres, etc.

· Salud-Sanidad: tratar de implicar a trabajadores y usuarios-sufridores de la sanidad pública en la lucha contra su deterioro y la inaccesibilidad, evitar que nos enfrenten a unos contra otros (“la culpa es de los trabajadores que curran poco” o “la culpa es de los viejitos que van mucho”).

· Género: hay que ver cómo contrarrestar la enorme oleada actual de anti-feminismo que se masca a nivel social, y que se ha expresado varias veces en las acampadas. Podría ser interesante tratar de incidir o debatir sobre la violencia machista…

· Organización: Tratar de mejorar el funcionamiento asambleario. Luchar por una horizontalidad real, no meramente formal, evitar la formación de camarillas de especialistas o de representantes perpetuos, evitar convertirnos en una camarilla de especialistas o representantes perpetuos.

Estos temas y propuestas son claramente limitados, fruto de la prisa y de nuestra propia inexperiencia en este tipo de movidas. Hay que mejorarlas, afinarlas y compartirlas. Y sobre todo, hay que construirlas en común con la gente que vaya a las asambleas, en un proceso que cambiará tanto las propuestas como a los que las asumen y las ponen en práctica y que, seguramente, irá de menos a más. No nos pensemos ahora que por ir con cuatro propuestas concretas en vez de con la cantinela ácrata de siempre, la gente las va a aceptar por arte de magia. No, no estamos proponiendo conjuros, tenemos que tener claro, que aun siendo capaces de iniciar este proceso, será un camino largo y difícil. Creemos que con el tiempo, todos iremos aprendiendo y sacando más cosas en claro. De alguna forma, los anarquistas tenemos que tomarnos las asambleas del 15-M como un laboratorio en el que experimentar, proponer, equivocarnos, aprender y volver a empezar.

5. Asambleas de barrio: esperanzas y localismos

En buena parte este texto se ha escrito con la mente puesta en que llegue antes de las asambleas populares en los barrios que se han convocado para el 28 de mayo, de ahí su urgencia, su precipitación y buena parte de los errores que tendrá.

La extensión a los barrios es una extensión lógica porque la acampada en Sol es insostenible a largo plazo y porque, por sus características, permite una participación mucho más limitada, como ya hemos comentado.

Hablando con muchos compañerxs hemos visto que algunos tienen bastantes esperanzas en las asambleas de barrio. La idea es “ya no hay nada que hacer en Sol, vamos a los Barrios”. No nos engañemos, si el movimiento 15-M sigue su tirón los barrios van a ser Puertas de Sol en pequeñito, con todas sus cosas buenas pero con todos sus defectos, incluidos los militantes de partidos que van de pesca, los ciudadanistas, etc. En algunos barrios y pueblos del Sur de Madrid, de hecho la proporción de militantes de partidos políticos puede incluso aumentar respecto a la que nos encontramos en Sol. Puede que el terreno de juego sea más pequeño y menos abrumador, pero la heterogeneidad, los problemas, contradicciones y conflictos van a ser los mismos o incluso mayores.

Nosotrxs creemos que lxs militantes izquierdistas, así como toda la gente corriente que está por las cuatro reformas básicas, van a tratar de que las asambleas populares se conviertan en focos desde los que promocionar las consignas y reivindicaciones por las que han peleado en Sol. Que se encarguen de recoger firmas, y de hacer propaganda de las movilizaciones y de sumar apoyos en los barrios (asociaciones vecinales, de comerciantes…) de cara a la estrategia que tengan a medio plazo para llevar a cabo los cambios legales. Y poco más. Los ciudadanistas puede que intenten empujar un poco más hacia problemas específicos de los barrios, estableciendo lazos con las asociaciones de vecinos que puedan, potenciando sus locales, centros sociales y oficinas de derechos sociales allá donde los tengan, etc.

Ya hemos comentado en el punto anterior que creemos que puede ser una manera interesante de participar en dichas asambleas, no nos extenderemos. Sí que nos gustaría comentar que en cada barrio y pueblo algunos temas y propuestas pueden tener más calado que otros (por ejemplo, en algunas zonas las redadas contra inmigrantes son más frecuentes que en otras, en algunos sitios la sanidad está peor que en otras, etc.) Habrá que ver qué es más necesario y más importante en cada caso concreto, aquí no hay fórmulas mágicas.

6. Cuestiones tácticas

El texto se va alargando y queremos cerrarlo con algunas reflexiones -intentaremos ser breves- sobre ciertos aspectos tácticos que hemos visto, y que seguiremos viendo, en los próximos días.

· Violencia/No violencia: Como comentamos al describirlo, el rechazo a la violencia es un punto básico sobre el que se asiente el movimiento del 15M. Los iniciadores (Democracia Real Ya) se encargaron de expresarlo de la manera más asquerosa posible: desmarcándose de los incidentes tras la mani y señalando a quien hiciese falta. Tampoco es que sea muy extraño, dado el bombardeo mediático con este tema los últimos años. A través de la policía, medios como La Razón o Público no dudaron en alertar sobre el peligro de los “400 antisistema” que trataban de controlar y/o reventar el movimiento. Una semana después, nada de nada. Parece que la gran mayoría de los anarquistas hemos asumido (con mayor o menor problema) que no pasa nada porque alguien se declare no violento. La violencia o autodefensa es una cuestión que siempre va a estar ahí, pero que es completamente secundaria. Si dejamos de considerarla algo que puede ser útil o no, beneficiosa o perjudicial según las circunstancias y la transformamos en algo irrenunciable, o nos entra la pataleta por que el 15-M cante las bondades de la violencia estaremos perdiendo el norte completamente. Hoy toca no violencia, otro día tocará otra cosa.

· Asamblearismo: se escucha mucho la crítica de que las asambleas no son verdaderas asambleas, que no hay una horizontalidad real, que hay algunos que tratan de manipularlas, etc. Lógico, porque son asambleas de verdad, con gente normal, en medio de una pelea entre diferentes sectores por “controlar” (conscientemente o no) la situación. La horizontalidad, la igualdad, la eficacia de las asambleas, la comunicación de las asambleas, el que sean saludables, no es algo que venga dado porque la gente se reúna en una plaza y hablen entre ellos. Ni de coña. Hay que pelearlo frente a los manipuladores, políticos e intoxicadores; y hay que construirlo frente a los años de desmovilización, de gregarismo y delegacionismo cotidiano. Si no tenemos esto claro, estamos en manos de los que van para que las asambleas sean las correas de transmisión que se limiten a aprobar o a aceptar sus propuestas cocinadas en casa.

· Luchar contra monstruos: Participar en asambleas en las que hay gente que está dispuesta a hacer lo que haga falta (manipular, mentir y, la mayoría de las veces, hacerse el tonto) para que salga su historia es muy complicado y frustrante. Cualquiera que haya pasado por ese trago puede decir que es una jodida mierda. Primero, por todo lo que te toca tragar, segundo porque no todo el mundo suele verlo, con lo que si acusas a alguien acabas siendo tú el que levanta sospechas, tercero, porque acabas confundiendo lo que son simples fallos o despistes con intentos descarados de manipular (rozando la paranoia) y, por último, porque en cuanto no te das cuenta acabas haciendo o viéndote obligado a hacer cosas parecidas a ellos. En estos días hemos oído cosas como “copar las comisiones”, “tomar los puestos de poder en las asambleas”, “dispersarse por las asambleas”, “hacer como que no nos conocemos” y otras lindezas, por parte de compañerxs de los que no tenemos ningún tipo de duda o sospecha, y a los que por supuesto, no vamos a juzgar. Este tipo de situaciones son así, la frustración, el cabreo con los manipuladores y el encontrarse contra la espada y la pared te hacen decir y hacer cosas del estilo. Contra esto no hay más remedio que estar atento constantemente, hacer autocrítica y saber criticar y encajar las críticas, sin acusaciones histéricas o victimismos estúpidos. Y asumir que en algún momento que otro nos vamos a manchar las manos, lo queramos o no. Pasa en las mejores familias.

· “No tengas miedo, sólo ve adelante y juega” Ch. Parker: Enlazando con lo anterior, hay que ser conscientes de que participar en el movimiento 15-M es entrar en territorio desconocido para la mayoría de nosotrxs. Asumamos que la vamos a cagar y mucho. Lxs anarquistas ni somos ni queremos ser perfectxs, tenemos todo el derecho del mundo a equivocarnos. Negarse a actuar por miedo a transformarse en un reformista, o peor aún, por miedo a que algún imbécil te tache de reformista o de vanguardista es tan absurdo como renunciar a pensar por miedo a equivocarse.

· Vanguardismo anarquista: Dos palabras que juntas podrían parecer una contradicción pero que no lo son, ni mucho menos. Algunas corrientes marxistas se consideran y se jactan de ser vanguardia o de pretender serlo, aun cuando nadie les haga ni caso. Lxs anarquistas rechazamos convertirnos en vanguardia, lo que no quita para que, si nos despistamos, acabemos cayendo en el vanguardismo. Si se trata de ir mucho más deprisa que el ritmo de los acontecimientos, se corre el riesgo de irse desligando más y más de ellos hasta quedarse solo, lejos de la realidad y de lo que está pasando. Aún más, eso ni siquiera te asegura estar “por delante” de lxs demás, puedes haber cogido un camino equivocado. Lxs anarquistas no queremos decirle a la gente lo que tiene o no tiene que hacer en base a un mejor conocimiento de algún libro sagrado o del santoral revolucionario, pero eso no implica que en ocasiones acabemos creyéndonos mejores al resto y que pensemos que deberían “seguir nuestro ejemplo”, especialmente cuando participamos en conflictos de este tipo.

· Simbología y dialectos: Para que nuestra participación sea eficaz y podamos construir colectivamente algo que merezca la pena es necesario que dejemos a un lado toda la simbología, códigos propios, palabras fetiche y demás merchandasing propio de nuestro movimiento-gueto. Igual que comentamos más arriba con el tema del discurso. Esto no significa rebajar el discurso o engañar a la gente, significa abandonar las palabras mágicas y las ideas fuerza que solemos utilizar. Conceptos como abstención activa, acción directa, apoyo mutuo, revolución, etc. no tienen por qué ser entendidos a la primera por gente que no está familiarizada con su uso. No sirve de nada enquistarse en ellos. Es más útil tratar de explicarlos en un lenguaje llano y sencillo, sin intelectualismos ni tecnicismos anarquistas. Lo mismo valdría para la estética de la propaganda, que suele ser tan uniforme como lejana para la mayoría de la gente. Un ejemplo claro es el problema que hubo con las A circuladas en la acampada de Sol. Como no se permite ningún símbolo político o banderas, mucha gente de la asamblea veía, con mayor o menor razón, que las A circuladas tampoco tenían lugar ahí. Entendiendo que las A circuladas no son símbolos políticos sino todo lo contrario algunxs anarquistas se lo tomaron bastante a mal. Otros, dando un ejemplo de que la horizontalidad y el consenso muchas veces se respetan sólo cuando les interesa, siguieron utilizándola en pancartas y pintadas. En cualquier caso, deberíamos reflexionar si todo esto no es nuestra culpa, de no haber sabido hacer ver durante todos estos años que no somos lo mismo que todos los demás, aunque, en nuestro favor, hay que decir que la decisión de dejar fuera también las A circuladas parece que fue discutida. El tema aquí es que las A circuladas es lo de menos, lo importante son los mensajes que queremos dar, y si tenemos que dejar de ponerlas, pues tampoco pasa nada. Al fin y al cabo, como decía con razón un compañero el otro día, no tenemos nada que vender (lo cual es cierto cuando en la práctica nos comportamos así, lo que no siempre es el caso). Peor que el caso de las A circuladas, que por mucho que nos pueda doler, es hasta cierto punto comprensible, es el caso del feminismo, que está encontrando cierta oposición tanto en las acampadas como en twitter, con gestos bastante feos y comentarios fuera de lugar.



7. El fin, al fin.

Terminamos, ya, por fin, haciendo una última reflexión. El movimiento 15-M ha tenido un principio y tendrá un final. Siendo realistas y teniendo en cuenta lo pocxs que somos lxs anarquistas y nuestra inexperiencia es bastante improbable que nuestra participación en él sea el componente que determine su desarrollo y su fin. Aun así, creemos que tenemos margen y capacidad para participar en él y aportar, y que no se limite a un movimiento de reforma ciudadana, o al chiringo de cualquier partiducho. Esta propuesta va en ese sentido, en el de intentar ir un poco más allá. No tenemos muchas esperanzas en que el movimiento 15-M cambie radicalmente la naturaleza de la sociedad actual, no podría ni aunque quisiera, y todo parece indicar que no quiere. Aunque consiga sus objetivos, todo se traducirá en una reforma del sistema democrático o incluso en un reforzamiento temporal del estado del bienestar. Aun así, esto no son excusas para quedarse en casa. Creemos que hay que estar allí y participar, porque si lo hacemos medianamente bien, puede ser beneficioso para el anticapitalismo y el anarquismo a medio y largo plazo.

En primer lugar, nosotrxs creemos que el sistema democrático y el capital son como son, y que todos los partidos, en el fondo, son iguales. Si el movimiento 15-M prospera y consigue reformar el sistema democrático, acabando con el “bipartidismo” y la “partitocracia”; con el tiempo, los partidos minoritarios acabarán por quedar en evidencia, porque el sistema democrático y el capital son así.

En segundo lugar, hay una cosa positiva en todo esto, pase lo que pase. Hace un mes, el sentimiento general era “que mierda es todo, pero qué podemos hacer. No se puede hacer nada, etc.” Hoy hay bastante gente que cree que se puede cambiar la ley electoral, que es lícito saltarse lo que diga la Junta Electoral cuando es injusto, etc. Por algún sitio se empieza. Si el movimiento 15-M continúa y se consiguen cosas a través de movilizaciones y asambleas, y estas más o menos funcionan, independientemente del resultado, es una baza a explotar. En este país no se ha ganado nada de nada desde hace mucho tiempo: la entrada en la OTAN, nada, el PRESTIGE, nada, la Guerra de Irak, nada, las luchas en la Universidad, nada… De hecho, el único cambio que mucha gente asumió como propio fue cuando el PSOE gano al PP después del 11-M ¡y se hizo votando!, lo que encima reforzó las ilusiones democráticas.

En tercer lugar, el movimiento 15M ha conseguido sacar a la calle a la gente a hablar colectiva y públicamente de política, de algunos de los problemas sociales y políticos que les rodean. Esto era algo que hacía mucho tiempo que no se veía. La mayoría de las conversaciones son en torno a cuestiones de reformas, de cambios mínimos, pero, como decíamos antes, por algún sitio se empieza. De alguna forma ha abierto una brecha en el “no te metas en política”, el “desencanto” y el “no se puede hacer nada”, los tres regalitos que franquismo, transición y democracia nos habían dejado. Lo que no puede ser es que cuando la gente se quede en casa, la critiquemos por que no sale a la calle y cuando sale a la calle la critiquemos porque lo que pide no es la revolución social. Eso no tiene ningún sentido.

Si se consiguen algunas cosas mediante la lucha en la calle, creemos que cuando todo esto acabe, quizás sea más fácil convencer a la gente de que una asamblea en el curro puede funcionar, de que salir a la calle a protestar sirve para algo, que se puede ganar una huelga o echar abajo un plan urbanístico: mediante la solidaridad, la acción directa, etc. Por supuesto, si lo que se consigue se hace exclusivamente a través de maniobras políticas, votaciones, referéndums, etc. (algo bastante improbable si no hay una presión considerable desde la calle) lo único que va a salir reforzado es el sistema democrático. Ahí está la cuestión, y ahí debemos estar los anarquistas.

Veremos cómo acaba todo esto, pero el movimiento anarquista saldrá reforzado si sus prácticas, su forma de afrontar la realidad y algunos de sus puntos de vista se extienden y echan raíces en el ideario colectivo. El movimiento anarquista también será más fuerte si nuestra participación en el movimiento del 15M se traduce, tras la crítica, la autocrítica y el análisis público, en nuevas experiencias colectivas. Es poco probable que nuestros objetivos a largo plazo crezcan significativamente a nivel social gracias al 15-M, independientemente de que podamos convencer a cierta gente en el proceso. Esta lucha va por otros caminos, por el trabajo constante de abrir locales, de editar material, de análisis, de hacer jornadas, charlas, etc. que en ningún caso deberíamos abandonar sólo por estar en el 15M.


[1] Durante la corrección del texto, la acampada de sol ha aprobado los cuatro puntos que conforman el llamado #consensodeminimos. No vamos a valorarlo, ya que no creemos que cambie esencialmente lo dicho en el texto, algo así nos esperábamos tarde o temprano.

[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Iniciativa_popular

miércoles, 18 de mayo de 2011

Carta abierta a nuestro movimiento anarquista

Con este artículo queremos plantear y comenzar un debate que consideramos necesario, de una prioridad real y que necesita de una seriedad sincera, sobre unas intenciones muy básicas:

- Potenciar la federación y organización como anarquistas al margen de la participación de sus integrantes en otras estructuras u organizaciones sociales y sindicales.

- LLevar al seno del movimiento un debate constructivo y de respeto, de cara a fortalecer nuestros lazos y la cohesión de nuestros proyectos e ideas.

- Trazar una estrategia clara, de cara a extender las posiciones anarquistas en todas las luchas, así como potenciar proyectos capaces de fomentar una cultura y red social librepensante, solidaria y llena de viva.


La visión general, en España, del movimiento anarquista es, siendo sinceros, bastante preocupante: la desorganización en unos casos, la falta de conexión en las luchas o capacidad para extenderlas en otros, unido al aislamiento de la sociedad en no pocos casos, forman en definitiva, una tendencia hacia la guetificación que produce que no haya continuidad en el tiempo de nuestra lucha y actividad, que se pierda sin acumulación de experiencia y de reflexión (de los errores y aciertos que hayamos podido cometer), y que en definitiva da pie a establecerse una sensación de inanición, desilusión e inoperancia entre los militantes. El campo de trabajo que parece que tiene una continuidad generalizada y unas perspectivas más claras últimamente es en la participación dentro de los sindicatos y el mundo laboral, no sin faltar los agrios posicionamientos y actitudes, pero también los positivos debates actuales dentro de los mismos. Con esto no queremos decir que no se este trabajando otros campos, sino que este o se desconoce o es muy localista o no se le da tanta prioridad o se pierde con el tiempo.

También hay que decir que no todo esta tan mal en el panorama actual, hay síntomas positivos que hay que tener en cuenta y que quizás nos muestran que algo esta cambiando. La aparición de bastantes Ateneos Libertarios por toda la geografía española en menos de unos pocos años hacia hoy, que si se mantienen en el tiempo pueden ser caldo de cultivo cultural, de formación ética libertaria, para nuevas generaciones, grupos, colectivos anarquistas y su entorno social. La tímida aparición de grupos anarquistas nuevos o que no se tenían noticias suyas elaborando campañas de propaganda y proyectos culturales y sociales, así como un sin fin de anarquistas esparcidos por diversos movimientos sociales. Todo esto nos trasmite la sensación de que hay ganas de hacer cosas pese a la dispersión de las mismas y una progresiva tendencia hacia la organización de las fuerzas capaces y activas.

A nivel organizativo tenemos que plantearnos si lo que hay hoy nos sirve o no, cómo mejorarlo y de qué manera, pues es en esta cuestión donde padecemos grandes deficiencias que se ven reflejadas indirectamente en los roles y actitudes (de falta de respeto, saber estar y amplitud de miras sobretodo) que se toman entre los compañeros. Creemos que siendo tan reducido el número de los que decidimos formar un grupo o un colectivo anarquista no es positivo diluir fuerzas, físicas y económicas, en el mantenimiento de una federación para cada cuestión (juventud, mujer, ecología, LGTB, etc…), por el contrario vemos más enriquecedor y constructivo el aglutinar y compartir una misma federación en la que cada uno poder trabajar temas comunes o específicos de forma colectiva, una perspectiva débil o inexistente en la actualidad y que podía darnos un aire renovador si se extendiese en todos los sentidos.

No queremos hacer mención al trabajo que hacen o no ninguna de las organizaciones existentes hoy por hoy, porque esto es un problema de todos, de nuestras incapacidades para crear un presente creativo y vivo, tanto de los federados como de los que no. Una responsabilidad que recae en la actitud de cada uno a la hora de plantear un presente en el que el movimiento anarquista tenga una capacidad tal que sea influencia y motor de la transformación libertaria de la sociedad mediante un trabajo serio, entusiasta y tenaz.

Por eso pensamos que ya es hora de lanzar este debate en el seno de las mismas organizaciones, en los grupos y en los individuos, en un momento de franca debilidad por nuestra parte y que debe tornarse en empuje organizativo y de lucha en todas sus formas, de análisis y propuestas claras que nos de un impulso a ser fuerza activa de los cambios que puedan darse en estos años sombríos que nos va a tocar vivir.


Nuestra propuesta a trabajar, desbrozar y valorar:

­ 1º Proponemos una federación (nueva o existente) que integre en su seno a todos los grupos, sean de la tendencia que sean o estén enfocados a cuestiones más especificas (mujer, genero, juvenil, etc...), garantizando la tolerancia hacia la diversidad de nuestro movimiento y la potencial influencia en todos los campos de acción.
­ 2º Proponemos que los grupos que estén interesados, en cualquier momento, ha enfocar su labor hacia una cuestión concreta, trabajen y se coordinen desde la federación para que la capacidad de propaganda, solidaridad y lucha tenga más fuerza e influencia global tanto interna como externa a la federación.
­ 3º Proponemos la utilización de un órgano de noticias, propaganda y debate (por ejemplo "Tierra y Libertad", "Ekinza Zuzena", "El Fuelle", etc...) y otro más teórico y analítico (por ejemplo "Germinal Libertario"), ambos en papel y digital. Con una estética y maquetación atractiva para los tiempos que corren. Así como un portal-web de la federación que contenga las publicaciones y otros materiales.
­ 4º Proponemos que los acuerdos sean tomados mediante el consenso, y de no existir éste, la posición mayoritaria podrá realizar lo acordado de forma no vinculante o impositiva a los que no lo acepten y sin traba alguna por parte de los que no estén de acuerdo.
­ 5º Proponemos la tolerancia en los modos de entender la lucha en el mundo laboral, anarquizando aquella que a nuestro parecer creamos mejor.
­ 6º Proponemos consensuar un programa de nuestras aspiraciones (valiéndonos como ejemplo el texto de Malatesta "nuestro programa")
­ 7º Proponemos consensuar la actitud y trabajo a desarrollar con respecto a luchas no iniciadas desde el movimiento anarquista.
­ 8º Proponemos un apoyo decidido a la consolidación de Ateneos en cada pueblo o ciudad, así como tender a su coordinación.
­ 9º Proponemos el aprendizaje del Esperanto de cara a romper las barreras idiomáticas y los recelos impuestos por los Estados y los nacionalismos.

Por último, hacemos un llamamiento a los grupos federados en la FAI, la FIJA, la FIJL, Mujeres Libres u otras federaciones o redes existentes, así como a los que no están en ninguna, en definitiva a todos los anarquistas, a participar en éste proceso sin ningún complejo, sin pelos en la lengua, proponiendo cosas o rechazándolas, pues es buscando un entendimiento constructivo como podremos cambiar el mañana.

G. La Iconoclasta

viernes, 13 de mayo de 2011

Nuestras intenciones

Otro número más que sale a la luz y esperamos que le sigan muchos más gracias a la colaboración de compañeros de viaje en esta lucha social por la eliminación de todo lo prejuicioso y nocivo valor que nos impregna el hedor nauseabundo del capitalismo en cada uno de todos nosotros.
Y es por eso que apostamos por la formación de una sociedad librepensante, de personas capaces de reflexionar y aportar, de sacar lo positivo de cada pensamiento. Y una revista es un medio perfecto para este cometido, para la polémica constructiva y el debate sereno entre compañeros. Pues de que nos sirve las disputas basados en descalificativos y llenas de rencor que hacen capillas y personalismo, si lo que de verdad nos importa es mejorar nuestros postulados, nuestros planteamientos en relación a la ciencia, a la naturaleza, la civilización, la ética, la filosofía, nuestras organizaciones y en definitiva todo cuanto nos rodea que puede ser pensado y planteado de forma anárquica.

Porque no podemos permitir que los gobiernos de turno y los poderosos nos sigan mangoneando con su intento de que nos creamos sus guerras calificadas de humanitarias, sus crisis económicas que sólo afectan a los trabajadores, su xenofobia y racismo para dividirnos… es por eso, y no es poco, que por simple dignidad egoísta debemos plantearnos formas de actuación que reviertan en una buena bofetada de conciencia colectiva a sus mentiras y manipulaciones.

Nuestra intención no es otra que la de confluir con los demás, plantear lo que queremos y lo que necesitamos, con el telón de fondo sobre lo positivo de reforzar las cosas que nos unen con el resto y que nos posibilitan plantear estrategias de lucha y coordinación de cara a proyectar nuestras ideas de libertar, igualdad y solidaridad a todo el ambiente social en el que vivimos.

Tenemos la convicción de que en la sociedad actual los gestos que se realizan, por muy pequeños que sean, con una voluntad firme, convincente y entusiasta son realmente desestabilizadores de la cotidianidad y por eso capaces de influir de forma positiva en un presente y futuro respaldo social de nuestras actividades e ideas que de pie abrir la puerta a un crecimiento cuantitativo y cualitativo de adhesiones al movimiento por la transformación social de este sistema malcriado que no hace más que crear miseria y destrucción.

G. La Iconoclasta



Para descargar: La Iconoclasta Nº2

domingo, 9 de enero de 2011

LA VUELTA A LA NATURALEZA

El pensamiento naturista hispano (1890-2000): naturismo libertario, trofología, vegetarismo naturista, vegetarismo social y librecultura.

La agricultura biológica, la lucha contra la vivisección, el vegetarianismo, el ideal de la vida en el campo, la  medicina naturista, la lucha contra la contaminación medioambiental o la adulteración de los alimentos, el placer del sol, el aire y el agua en el cuerpo desnudo, la oposición al cambio de horario, la crítica a la velocidad de la vida moderna, etc., son planteamientos con más de cien años de antigüedad, y en la Península Ibérica a todo ello se le conocía por Naturismo, reacción al «industrialismo inmoral» —así lo denominaban— que destruía la Naturaleza y degradaba a la especie humana.

El pensamiento o filosofía naturista con su objetivo de vuelta a la Naturaleza, de respeto a sus leyes para alcanzar la armonía interior y con el medio, se desarrolla en toda su complejidad y en todo su esplendor social en la década de los años veinte y treinta del siglo pasado. Naturistas libertarios, trofólogos, vegetarianos naturistas, desnudistas y vegetarianos sociales constituyen un movimiento naturista no exento de tensiones y polémicas, pero a su vez muy rico en propuestas y con una amplia base social.

La afinidad entre el retorno a la Naturaleza propugnado por el Naturismo y el propugnado por algunos sectores del anarquismo ibérico ayudó a posibilitar su expansión, aunque esta afinidad no nos debe inducir a asociaciones erróneas. El abanico de corrientes que confluyeron en el pensamiento naturista hispano va desde el regeneracionismo moralista a la revolución social.

Josep María Roselló en la presente obra estudia las cinco corrientes principales del movimiento naturista, analizando sus aportaciones teóricas y prácticas, la trascendencia de sus propuestas, las revistas y publicaciones que sirvieron de soporte a la difusión de sus ideas así como sus figuras más destacadas. Este exhaustivo trabajo, que abarca más de un siglo de historia, se ve precedido por una breve introducción histórica —cuya finalidad es precisamente exponer la interrelación existente entre estas diferentes corrientes mencionadas—y finaliza con una panorámica general sobre el devenir del movimiento naturista en sus diferentes expresiones desde 1939 hasta la actualidad.

Lejos de ser algo del pasado, los planteamientos naturistas siguen siendo una necesidad ineludible para quienes creen en la necesidad de romper con la lógica del capitalismo depredador del medio ambiente y de las personas; y por lo tanto las ilusiones y la lucha de aquellos hombres y mujeres por un mundo nuevo deberían servirnos de estímulo para aquellas personas que seguimos creyendo que otro mundo no sólo es posible, sino imprescindible.

Josep María Roselló
Prólogo del Dr. José Vicente Martí Boscá
Virus Editorial, Colección Memoria, Barcelona 2003
321 págs. Rústica il. 21x15 cm

LA ALEGRÍA, LA TRISTEZA, LA MELANCOLÍA, LA ESPERANZA Y EL TIEMPO

Se encontraban un buen día reunidos los más famosos elementos La Alegría, La Tristeza, La Melancolía, La Esperaza y El Tiempo. Cada uno de ellos discutía sobre quién era más importante, y se decían:

Alegría: En verdad he de deciros compañeros que no hay ninguno que se iguale a mí en importancia, yo cambio los rostros sombríos, yo hago olvidar las penas y los dolores, después de la muerte, el hambre y la guerra siempre vengo yo, y como el buen vino hago que lo problemas, aunque no desaparezcan, importen un poco menos.

Tristeza: Yo soy aun más importante, de mí surge la reflexión más profunda, por mí la gente se levanta e intenta poner remedio a sus males, yo soy la causa de que las personas, descubran, reformen y progresen, yo soy la responsable de que intenten buscar soluciones contra todas esas parihuelas que tú solo ocultas, querida Alegría.

Melancolía: Yo soy más preeminente que vosotras, ya que yo reúno lo mejor de las dos, yo soy la felicidad que se siente por estar triste, a mí se deben todos los grandes poemas, las más bellas canciones y de mí surge todo el arte con el que la gente se alegra o entristece, yo soy deseada por todos los grandes artistas y por todo amante no correspondido.

Esperanza: Yo soy más necesaria que vosotras tres, a mí la gente acude cuando la Alegría se va, cuando la Tristeza se aferra al corazón y la Melancolía se hace insoportable, todos me necesitan a mí para no caer en la desesperación, todos recurren a mí ante cualquier adversidad, todos me desean para poder superaros a vosotras, por mí el ser humano decide dar un paso hacia delante, yo soy la madre de la Ilusión, la Fatansía y Los Sueños, gracias a mí lo que hoy solo imagináis mañana será verdad.

Tiempo: Insensatas, ninguna de vosotras es más importante que yo, cuando yo llegue a todas vosotras se os habrá llevado el único que es superior a todos nosotros juntos, El Olvido.
 
Pero de entre una espesa neblina surgió una figura envuelta en un hábito, poco a poco se les fue aproximando, y cuando estuvo lo bastante cerca, el desconocido les dijo así: Yo, pobres desventuradas, soy el alfa y el omega, la causa que os convierte en meros efectos, yo puedo potenciaros o barreros a mi antojo; yo abro las entrañas de la Tristeza, prevalezco sobre las ruinas de la Esperanza, mi pasado crea un pozo de Melancolía tan descomunal como la cima de Alegría que provoca mi presente. Y en cuanto a ti, soberbio Tiempo, no me conformo con antecederte, acompañarte o adelantarte, tu no me haces anterior o posterior, ni tampoco contemporánea, soy yo quien te crea a ti, quien logra que nazcas o mueras, que avances o te estanques. Deja de alardear, pues ni tu querido hermano mayor, el Olvido, puede nada contra mí, él nunca conseguirá borrar mi huella del sendero de la historia... pues yo soy, hijas mías, vuestra verdadera madre -y descubriéndose el rostro alzó la voz- ¡Yo Soy La Rebeldía!

Teresa Azotacalles

UN CUENTO QUE PUEDE SER VERDAD

Había hace muchos años una muchacha en un poblado que no estaba conforme con el marido gandul y cobarde que le deparaba el destino. Era humilde, se duchaba con agua fría, era valiente, buena guerrera y excelente arquera. Cuando el pueblo estaba amenazado la encerraban, igual que para que aceptara a su marido que era un jefazo en otro poblado.

Había una cueva en la falda de su montaña con una entrada como un boquete en el suelo y ella gritaba a los ciempiés para que no se acercaran a la entrada de la cueva y cayeran en ella sin poder salir nunca más. A veces soplaba un vientecillo en la entrada de la cueva, como el hálito de la divinidad. Lo que no sabía ella por aquel entonces es que en las aguas de esa cueva habitaba un camarón desde hacía unos tres millones de años.

Su sexo era toda una frutería y una floristería a la vez, sabor a durazno, presencia de banana, aroma de naranja, zumo de tomate, fragancia de clavel, esencia de rosa ... Todo ello era muestra de gran virtud, ¡demasiada! pensaba a veces su amante, mientras ella jugaba cruzando los poemas de sus varios amantes. Sobre el mar encrespado anunciaba mayores tormentas en mi corazón, y una forma implacable de desdén. A veces quería ser directora de porno y a veces hermanita de la caridad, un manojo de emociones y un corazón grande que nunca se entregaba. Un día cerca del mar me dedicó una sonrisa y aún no sé que hacer con ella. Así como el río va al mar van a ella mis palabras. La mañana que se encontró una caracola en la playa se la puso cerca del oído y esta le dijo con voz de hada “Haz lo que quieras”.

Anónimo

AGRICULTURA ECOLÓGICA

La agricultura ecológica o biológica es una modalidad agrícola en la que no se usan productos de químicos de síntesis: fungicidas, fertilizantes, herbicidas, OMG (Organismos Modificados Genéticamente), conservantes, colorantes, aditivos artificiales o similares y que tiene como finalidad, en contraste con la agricultura convencional, ser ambientalmente sostenible, además de respetar la salud y el bienestar del consumidor. La agricultura ecológica busca la obtención de alimentos saludables, de mayor calidad nutritiva, sin la presencia de sustancias químicas de síntesis y obtenidos mediante procedimientos sustentables.

La agricultura ecológica surge como alternativa a la supuesta revolución verde que se dio en los años 70’ y que supuso la introducción de plaguicidas sintéticos en los cultivos. Se auguró como un aumento sin precedentes de la productividad y resultó en un desarrollo de resistencias y plagas al eliminar los predadores naturales, que consumen buena parte de los recursos de los agricultores. También se comercializaron variedades de semillas productivas bajo las condiciones industriales que supuso la pérdida de muchas de las variedades locales de los vegetales, adaptadas al medio y más resistentes a plagas del entorno. Los efectos perjudiciales para la salud de la alimentación industrial son para muchos evidentes, y buscan en las cooperativas ecológicas el sabor natural de los alimentos sin químicos peligrosos para la salud.

Los productos ecológicos se suelen encontrar en cooperativas de consumidores y productores donde se fomenta en ciclo corto del campo cercano a tu casa. En agricultura ecológica es preferible prevenir para evitar plagas por medios y conocimientos en agroecología, donde se busca favorecer la fauna auxiliar autóctona que evite el desarrollo de plagas y con la suelta de predadores, parásitos y parasitoides de las plagas –lucha biológica-, además del uso de repelentes naturales como la piretrina extraída del crisantemos o la rotenona. Otros conocimientos de agroecología son usar el ajo extraído en alcohol y la maceración de ortigas como repelentes de insectos y aves, o esparcir cenizas para evitar los caracoles y aportar Potasio a la tierra. No se usa nicotina ni plantas tóxicas como repelentes por no ser preferible para los consumidores ni para los agricultores. Diversificando cultivos, con plantas adaptadas a la zona y abonadas correctamente se consiguen plantas fuertes con menos plagas. También existen plantas repelentes de insectos como muchas aromáticas o que atraen a predadores de las plagas como plantar cebollas entre las zanahorias para evitar la mosca de la zanahoria.

Para la fertilización se utiliza materia orgánica, y se busca favorecer el desarrollo de microorganismos que enriquezcan el suelo como las nitrobacterias simbiontes de las leguminosas, con las que se siembra y se entierran en el suelo enriqueciéndolo en nitrógeno. Conservar el suelo cubierto ayuda a mantener el agua y los nutrientes por lo que se emplean cubiertas vegetales vivas y el acolchado. También se usa el barbecho que consiste en alternar cultivos exigentes con leguminosas de forraje que enriquecen el suelo. Entre los objetivos principales de la agricultura ecológica están:

- Trabajar con los ecosistemas de forma integrada
- Mantener y mejorar la fertilidad de los suelos
- Producir alimentos libres de residuos químicos
- Utilizar el mayor número de recursos renovables y locales
- Mantener la diversidad genética del sistema y su entorno
- Evitar la contaminación resultante de las técnicas agrarias
- Permitir que los agricultores realicen su trabajo de forma saludable.

En 2009 en el estado español la superficie dedicada a agricultura ecológica llegó a 1.602.870,50 hectáreas, el doble que en 2005. De estos una parte se dedicaron al ganado y 571.980,56 ha a cultivos; destacando el olivar 22%, los cereales 32%, la vid 9,4%, frutos secos 15% y barbecho y abono verde el 10,5%. La agricultura ecológica da jornales a unos 27.000 trabajadores.

Se han hecho estudios sobre los nutrientes que aporta la dieta ecológica y se ha visto que los productos biológicos mantienen niveles más altos de compuestos secundarios y Vitamina C, el perfil de ácidos grasos de la leche biológica y la carne es mejor. Los hidratos de carbono y minerales no son diferentes de los productos convencionales. Los alimentos de agricultura ecológica tienen mayor valor nutricional, los productos biológicos producen el doble de flavonoides, un importante antioxidante. Los kiwis biológicos tienen también más antioxidantes.

Según la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Ecológica “La agricultura ecológica es un sistema de producción que mantiene la salud de los suelos, los ecosistemas y la gente. Se basa en procesos ecológicos, biodiversidad y ciclos adaptados a las condiciones locales, más que en añadir elementos de efecto adverso. La agricultura ecológica combina tradición, innovación y ciencia para beneficio del ecosistema compartido y promover relaciones duraderas y una buena calidad de vida para todos los involucrados”

El año 2006 había en el mundo 30.418.261 hectáreas con cultivo ecológico, cosa que representa el 0,65% de las tierras cultivadas en el mundo. El número mundial de explotaciones con agricultura ecológica era de 78.7444. Los países que superaban el millón de hectáreas con este sistema de cultivo eran Austalia (12,3 millones), China (2,3), Estados Unidos (1,6) y Italia (1,1). En el estado español había 0,92 millones y Francia 0,56. Superaban el 10% de superficie en agricultura ecológica, respecto al total de tierras cultivadas, Liechtenstein (29%), Austria (13%) y Suiza (12%).

Pedro